martes, 5 de junio de 2018

1º parada: Tarraco

En nuestra primera parada del viaje que os proponemos por la Hispania romana hoy visitamos...

Tarraco


1. Un poco de historia


Reproducción de la antigua Tarraco
Cuando los romanos vieron que la ciudad de Roma corría peligro ante el ataque de los cartagineses decidieron cortarles el paso. En el año 218 a.C los hermanos Escipión fueron enviados a conquistar Hispania para utilizarla como barrera contra el ejército cartaginés. Plantaron un campamento militar en Tarraco que con el tiempo se convirtió en una de las ciudades más esplendorosa del Imperio Romano. Se le llamó Scipionis Opus, la obra de Escipión.
En el el año 45 a.C. Julio Cesar otorgó a la población la categoría de Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco y el emperador Augusto la convirtió en la capital de la provincia Hispania Citerior o Tarraconensis.


Mapa con la división de Hispania en provincias hasta el siglo III


2. Qué visitar



Para visitar esta ciudad te recomendamos ponerte calzado cómodo porque son muchos los lugares qué ver y disfrutar ya que se conservan numerosos restos de la antigua Tarraco.

Maqueta de Tarraco
Lo primero que te recomendamos es acercarte a ver la maqueta de la ciudad. Te permitirá hacerte una buena idea de cómo era.




Reconstruye la ciudad romana en la época de su máximo esplendor (siglo II d.C.). Podrás ver la distribución de la antigua ciudad y dónde estaban los principales edificios.  Se encuentra en el Museo de la Historia de Tarragona.

                                                                           



Plano con límites de la muralla
La muralla de Tarraco llegó a tener unos 3,5 kilómetros de longitud en el siglo II a.C. y fue una de las primeras construcciones que los romanos realizaron al asentarse en Tarraco. Todavía quedan algunos tramos largos que rodean la parte alta de la ciudad antigua y que se pueden seguir caminando por el Paseo Arqueológico.
La Torre del Arzobispo es de las más antiguas y la de Minerva es muy importante ya que contiene una escultura de bronce de Augusto y la inscripción romana más antigua fuera de Italia.







En algunos huecos de la muralla se abrieron ventanas y balcones para las casas que se construyeron adosadas a la pared en la Edad Media.





El anfiteatro fue construido a principios del siglo II y se utilizó para lucha de gladiadores con o sin fieras. Tiene forma oval y está cerca del mar con las gradas excavadas en roca. Su capacidad era para 14.000 espectadores. Fue uno de los
edificios más importante de la ciudad. Las gradas están construidas sobre terrazas y se 
conservan restos de las tres partes fundamentales del edificio: cavea (gradería), orchestra (hemiciclo al pie de la gradería) y scaena (el espacio escénico).

¿Sabías qué en la época de las persecuciones cristianas fueron quemados en este anfiteatro santos como Fructuoso, Augurio y Eulogío?


Galerías del antiguo circo romano
Gradas del circo
El circo es otro lugar que aún se conserva y se puede visitar. Fue construido dentro de la ciudad entre la Vía Augusta y el Foro Provincial en el siglo I y se utilizó para carreras de caballos y carros. Era uno de los circos romanos de dimensiones más grandes (325 metros de largo y 115 de ancho) y podía albergar a 30.000 espectadores.Está muy bien conservado y en la actualidad sus dimensiones quedan ocultas bajo edificios nuevos construidos sobre toda la red de galerías interiores que formaban parte del recinto.



Parte de las gradas excavadas

El teatro romano de Tarraco está en la actualidad en reconstrucción y está cerrado. Fue construido dentro del Foro de la Colonia a principios del s. I a.C. aprovechando el desnivel del terreno al igual que el anfiteatro. Las partes que tenía eran: la scaena, lugar donde se realizaban las representaciones teatrales con jardines para el acceso de los espectadores, el escenario proescaenium que estaba cerrado por una fachada decorada, la orchestra y el graderío donde se distribuían los espectadores según su clase social. Solo se conservan cinco gradas del graderío y parte de la fachada monumental de donde colgaban los telones del escenario.


Foto con la torre del Pretorio

Otro lugar interesante es la Torre del Pretorio. Durante los años 26-24 a.C. la ciudad floreció y adquirió importancia ya que Augusto la eligió como lugar de residencia durante su estancia en Hispania para dirigir las guerras cántabras. Aún quedan restos del Palacio donde se cree que se alojó el Príncipe durante la convalecencia de su enfermedad, en lo que se conoce actualmente como Cuartel de Pilatos o Torre del Pretorio que era una torre en cuyo interior había unas escaleras que permitían pasar desde la ciudad baja hasta el Foro Provincial mediante pasillos subterráneos.




En el siglo I, cuando el campamento del ejército dejó libre la parte alta de Tarraco se convirtió en la zona noble de la ciudad y se construyó el Foro Provincial que era un centro político y administrativo de la provincia tarraconense. Era una gran plaza porticada con edificios importantes de la vida romana (Palacio de la Audiencia, Torre del Pretorio y varias plazas).



Restos de la antigua basílica

El foro local era el centro religioso y social de la ciudad romana. Estaba construido en la parte baja de Tarraco y constaba de una plaza rodeada de edificios públicos como templos, la basílica y los locales comerciales, así como de esculturas dedicadas a los personajes más importantes de la ciudad y de la historia de Roma.

Fue construido a partir del año 30 a.C. y sólo se conserva una parte de la basílica, que era el tribunal de justicia y lugar de reunión del consejo de la ciudad. Pasando por una pasarela, también se pueden distinguir  restos de algunas calles y casas de la ciudad romana.


El Templo de Augusto. Al morir el emperador en el año 14 d.C. los ciudadanos de Tarraco pidieron autorización a su sucesor, el emperador Tiberio para poder construir un templo en su honor para dar culto al emperador que los había convertido en la capital Tarraconensis, la más grande del Imperio romano en aquella época.
En la actualidad, del templo solo se conservan algunos restos que se han encontrado al excavar en el subsuelo de la catedral de Tarragona.


Arcadas del acueducto de Ferreres

El acueducto de las Ferreres o “puente del diablo” son los restos de una canalización construida por los romanos en el siglo I para traer agua a Tarraco desde el río Francolí. El agua se trasladaba por medio de canalizaciones y acueductos durante diez kilómetros. Su estado de conservación es muy bueno y debía tener unos 25 arcos en la parte superior y 11 en la inferior.




Arco del triunfo de Bara

Arco de Bara (Roda de Berá). Los romanos construían arcos en honor a sus emperadores y este arco cercano a la ciudad de Tarraco estaba dedicado al emperador Augusto. Fue construido a finales del siglo I a.C. sobre la Vía Augusta a unos 20 km hacia el Norte.
Es uno de los arcos de triunfos mejor conservados en España. Está realizado en piedra caliza que probablemente precedía de canteras de la zona. Es un arco de medio punto que mide 12 metros de altura.




Cantera de Médol. Cerca de Tarraco, en la ciudad de Médol hay una antigua cantera que los romanos excavaron para obtener  piedra calcárea que tiene más de 200 metros de longitud. Sirvió para construir los edificios más importantes de Tarraco. La cantera tiene paredes casi verticales de hasta 12 metros de altura y en el centro de la pedrera permanece una columna de la roca original que está intacta.


Curiosidades

Moneda romana de Tarraco con el altar
Augusto siguiendo con su política de crear ciudades al estilo de Roma impulsó la construcción de los edificios más importantes de Tarraco. Asimismo, construyó la Via Augusta que era una de las calzadas más importantes de Hispania.
El poeta Quintiliano narra una anécdota curiosa sobre Augusto y Tarraco. Cuenta que la ciudad de Tarraco construyó un altar como homenaje a Augusto en el que con el tiempo creció una palmera, símbolo de Apolo, el dios protector de Augusto. Este milagro fue puesto en conocimiento del emperador quien con gran sentido del humor comentó que ese milagro sólo era el reflejo de lo poco que usaban los ciudadanos de Tarraco el altar que le honraba. A pesar de ello, Augusto, en agradecimiento a Tarraco acuñó monedas inmortalizando el altar con la palmera.

3. Las comida en la antigua Tarraco

Comida romana en el triclinium

En Tarraco se pueden degustar los sabores y aromas de la cocina romana en restaurantes de la ciudad o festivales de gastronomía romana como por ejemplo “Tárraco Taula” y “La cocina de Apicio”.


Reproducción thermopilium
Los romanos solían ser bastante vegetarianos, incluso algunos escritores les han denominado “los comedores de hierbas”. Solían comer en sus casas o a veces en los thermopilium (casas de comida caliente situadas en el foro de las ciudades) o cauponeau (casas de comida situadas en las principales calzadas o vías romanas).

Las costumbres culinarias romanas en Hispania se basaban en tres elementos básicos: el trigo, el aceite y el vino. De hecho, Tarraco era un gran productor de vinos y sus excedentes eran exportados por todo el imperio y eran muy apreciados.

Los romanos utilizaban sal condimentada con hierbas (pimienta, coriandro, ortiga, menta y savia) para potenciar sabores en la cocina y conservar alimentos (pescados y carnes).

Las comidas, sobre todo las más importantes, solían hacerse semitumbados alrededor de la mesa.

Lo primero que tenemos que decidir es si vamos a desayunar, comer o cenar ya que los romanos realizaban tres comidas al día:

Ientaculum (Desayuno): consiste en pan de ajo con miel, sal y quesos.



Estaba compuesta por tres platos:

a) Gustatio (entradas):Aceitunas y frutos secos, sopas      de pan y vino con verduras (hojas de olmo, malva, coles, acelgas, ajos, calabacín, cebolla, pepino y zanahorias).

Bebida: mulsum (vino con miel) y leche de oveja o cabra.

b) Primae mensae (plato fuerte): Pulmentum (papilla de trigo, tomillo, hinojo, anís y albahaca), tortas planas de farro (harina de cereal parecido al trigo) y puls (gachas de farro con agua, sal y grasa) con aceite de oliva, huevos y verduras.


  • Legumbres: garbanzos, lentejas, guisantes
  • Lechugas y coles en salmuera y acelgas con mostaza
  • Salsa garum para realzar el sabor de verduras preparada a base de pescado, sal y macerada largamente al sol. 

Especialidades selectas:


  • Ortigas y cardos
  • Puls iuliano: puls con ostras hervidas, sesos y vino especiado
  • En días festivos: carne de cerdo, cordero y oveja o de caza (ciervo, gamo y gacela), jamón ibérico o pescado

Bebidas:


  • Vinos de poca fermentación especiados o endulzados con miel
  • Conditum Paradoxums (mezcla de vino, miel, pimienta negra, laurel, dátiles y azafrán)
  • Cerveza

c) Secundae mensae (postre): pasteles de trigo con miel, frutas (pera, manzana, granada, uvas), miel, queso, pasas y nueces.


Reproducción de postre romano (libum)



Y con estos dulces postres os dejamos hasta la siguiente parada. Buen viaje.




Marta Bravo, 3ºD

www.wikipedia.com
www.viatorimperi.com
https://www.tarragonaturisme.cat
http://www.arteespana.com/ciudadromana/tarraco.htm
https://www.lapallissa.com/xx-jornades-gastronomiques-cuina-romana/

2 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena por el trabajo! Resulta muy interesante y fácil de leer.

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    1. Gracias por la participación. Resulta muy motivador para nuestros alumnos vuestros comentarios.

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